Dublin, Irlanda
A Dublin llegue por pura casualidad. Y valió la pena conocerlo.
El clima es bastante templado, nada de frio (ni soñar con el calor) y la gente es bastante prendida. Cerveza y más cerveza es lo que se puede encontrar en Dublín. Los pubs, que acá proliferan por todas partes, siempre estan llenos y con mucha buena onda. Claramente lo típico (y obligado para el turista) es la cerveza negra, esa que rehusamos tomar en Chile, bueno, acá hay que hacerlo. Todos los hacen y es bastante buena. Todo acompañado de muchas, pero muchas, papas fritas.



Donde está la Catedral hay varios cafés (en el barrio de The Liberties) y una Biblioteca (Marsh's Library)
Pero más hacia el centro de la capital irlandesa está la calle O'Connell, que termina en un parque muy grande (College Park) donde cerca hay bastantes edificios para conocer, como la Biblioteca y también en O' Connell está el Momumento de la Luz y otra postal típica es el Puente O' Connell (en la foto)
Ahora, si quieren conocer donde se hace la famosa cerveza, vayan al Museo de Guinness, donde por 12 euros pueden conocer cómo se hizo todo el proceso e historia de esta popular marca cervecera.


Respecto a duendes y tréboles de cuatro hojas, la verdad es que no vi ninguno. A lo más un señor que estaba todo vestido de verde y peinaba un poco la muñeca, pero dudo que haya sido un ser mitologico.